Los juegos colectivos (otros también, pero estos principalmente) posibilitan tratar contenidos de la formación política o para la ciudadanía tanto en su dimensión conceptual como procedimental y valorativa, esto es, constituyen un ejercicio político-ciudadano en el que hay que saber, saber hacer y sostener actitudes consecuentes con un ethos, es decir, un modo de relación respecto de la actualidad, una elección voluntaria, una manera de pensar y de sentir, también una manera de obrar y conducirse que marca una pertenencia y a la vez se presenta como una tarea. En fin, una actitud que encarna en cada uno en relación con los otros, consigo mismo y con el saber.
Desarrollo
La formación política, o para la ciudadanía, encuentra un aliado invalorable en el mundo de los juegos colectivos. Estos constituyen una verdadera escuela para la democracia. En la progresiva descentración que la sociedad y la cultura deben operar sobre la infancia, los juegos representan un valor constitutivo de independencia social y moral, en tanto las relaciones entre pares, basadas en la igualdad y el aprendizaje del respeto mutuo, conducen lenta pero seguramente tanto a la reciprocidad y a la cooperación como a la efectiva incorporación del valor de la regla. El pasaje del egocentrismo a la descentración, la inclusión de los otros como personas con deseos y voluntad propios, se refuerza en el ejercicio de la negociación y el acuerdo de reglas, y de las conductas de cooperación y oposición en los juegos. Hannah Arendt decía que Kant nos había dicho cómo tener en cuenta a los otros, pero no cómo asociarnos con ellos para actuar. Creemos que no tendría inconvenientes para admitir que el juego propicia ambas cosas. Concretamente, los juegos colectivos propician la participación de los chicos y permiten ejercitar la capacidad de negociar y acordar reglas y formas de juego en un proceso que no está exento de conflictos, pero en el cual el interés común por jugar prima generalmente sobre los desacuerdos particulares. Porque los juegos son ficciones que articulan la fantasía y la realidad sin perder conciencia de la realidad: son “de mentirita” -como dicen ellos-; y los chicos que verdaderamente juegan saben que en los juegos nada de la realidad se gana ni se pierde.
Sin embargo, para utilizar juegos colectivos en el tratamiento de la convivencia en el Nivel Inicial y el Primer y Segundo Ciclo de la EGB, conviene tener presente:
- Características de los Juegos
- Seleccionar los Juegos- Dirigir los Juegos
- Reflexionar sobre los Juegos
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